martes, 31 de enero de 2012

The Help

Vi el tráiler casi de suerte, en uno de mis -escasos- fines de semana de "realities on E!" lleno de maratones de la familia Kardashian.

Cuando escuche el tema de la película me atrapo de inmediato, la letra y las escenas que vi me emocionaron hasta las lágrimas. Cogí lápiz y mi cuaderno de apuntes y escribí el nombre de la película, "The Help", la encontré en internet y como ya era tarde me dispuse a verla al día siguiente.

Skeeter es una joven que regresa a Jackson su pueblo natal en Missisipi en busca de un trabajo – siguiendo su sueño de algún día ser una reconocida escritora - luego de ser rechazada por un periódico en Nueva York bajo la excusa “Tiene potencial pero le falta experiencia”. Logra un trabajo en un diario local contestando las dudas domesticas de amas de casa.


A su llegada se encuentra con un grupo de amigas de la infancia, lideradas por Hilly. Todas están casadas y hacen notar desde el primer momento que ella sigue soltera.

En una de las reuniones de señoras, Skeeter se da cuenta que Hilly promueve la idea de que las nanas (llamadas “The help”) no deben usar el baño porque pueden transmitir enfermedades debido a “su color”. Habiendo sido criada por una nana negra con la que desarrolla una relación cercana y maternal no llega a entender el móvil de esta creencia.

Es así como conoce a Aibileen nana de su amiga Elizabeth, la química surge entre las dos mujeres y nace el interés por conocer que hay detrás – y no tan detrás – de sus vivencias trabajando en las casas y cuidando a los niños muchas veces mejor que sus propias madres. Encontrándose con los miedos, la pena y la rabia por la discriminación de la que son objeto, durante la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos de los años 60. A su vez trata de conocer la verdad sobre lo que le paso a la nana que la vio crecer al no encontrarla en casa a su regreso.

El producto de estas memorias resulta en un libro que narra las experiencias de estas mujeres, sacando “al fresco” la escasa calidad de ser humano que abunda en las señoras de clase media-alta en Jackson.

La película tiene momentos muy graciosos – como el pie “especial” que prepara Celia - y muy tristes – como lo que ocurre con la nana de Skeeter, Constantine. Y no solo abarca el tema de la discriminación racial y de género, sino también la doble moral de la sociedad americana de esos tiempos y que – si analizamos un poquito – sigue en todas las realidades, mas de 40 años después.

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Hace poco vi en un programa de señal abierta un reportaje sobre la discriminación que sufrían las nanas en el club Real de Lima a las que no se les permitía siquiera acercarse a la piscina, por temor a que dejen "sus hongos" y "contagien" a algún socio. En ese mismo reportaje entrevistaban a otras empleadas domesticas que forman parte de la ONG la casa de Panchita. Algunas de ella recordaban las humillaciones, los maltratos y derramaban lágrimas de pura indignación e impotencia. En otros “clubes exclusivos” separan el baño de socios y de empleadas domesticas y exigen que estas luzcan un uniforme para “identificarlas”.

Meses atrás, durante la época electoral, el grupo “Vergüenza democrática” recogió los comentarios racistas en contra de la gente que apoyaba a Ollanta Humala tildándolos de “Indios de mierda” entre otras perlas. Y no solo en nuestro país, la actual Miss Universo Leila Lopes fue objeto de comentarios racistas por parte de un grupo denominado “Comunidad nacionalista blanca” que la denomino “la hija de King Kong” o “Mono en vestido”. Leila contesto:

“El racismo no me afecta. Los racistas son los que deben buscar ayuda, porque no es normal que una persona piense así en el siglo XXI. No hay fundamento para ningún tipo de prejuicio”

Hay quienes dicen que la discriminación nace del miedo a lo diferente, pienso que para discriminar por la condición social, el color o el género requiere también la falta de un pedacito de alma en el ser humano que la siente.

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