domingo, 14 de agosto de 2011

Una noche de furia

Pase un domingo ajetreado comprandole un regalo de cumpleaños a mi sobrina de 11 años con mi papa. Caminamos por todas las tiendas del centro comercial de arriba a abajo y de aca para alla hasta terminar en nuestro punto de partida, una tienda por departamentos, donde encontramos la polera que le gustaba a mi linda sobrina que ya no va a “la zona de niños”.

Asi llegue a la casa de mi mama, cenamos con ella, mi hermana y mis sobrinos, un pollo a la brasa “anormal” (porque tenia 3 piernas y un pecho) que compramos en un huarique que Giovana, mi hermana, conoce en Comas.
Yo estaba molida porque el dia anterior habia ido a tomar con unos amigos y ya era tarde por lo que mi mama me dijo que mejor me quedara en su casa y no me fuera a la mia en Jesus Maria. Yo me negue porque al dia siguiente tenia que ir a trabajar y no me queria soplar el trafico Lima Norte – Lima Centro caotico en las mañanas y atiborrado de micros, combis y gente, ademas que me tendria que levantar 2 horas antes de lo habitual para llegar a tiempo a la oficina.
Finalmente mi hermana que tenia que ir a hacer unas gestiones en los negocios que tiene, me jalo al paradero para tomar el micro que me llevaria a mi casa. Tome un micro grande que estaba medio vacio, ni bien subi me sente y me puse a escuchar musica.
Paso un buen rato, cuando subieron un grupo de 5 o 6 integrantes del algun grupo evangelico, los reconoci por la falda larga en las mujeres y el librito negro, que asumo es la biblia o algo parecido, que siempre llevan los hombres.
El pastor, aparentemente, se puso a hablar de Dios y esas cosas cuando de repente en una zona donde hasta domingos hay “chupodromos” abiertos subio un tipo alto y moreno, con el pelo prieto y ondulado, vestia un pantalon negro y una cafarena cuello “Jorge Chavez”.
Este tipo parecia estar algo pasado de copas por lo que el conductor le pidio airadamente que se bajara del bus a lo que, como era comprensible dado el estado del hombre, este reacciono mas violentamente aun.
El conductor no estaba solo lo acompañaban dos personas mas, trabajadores de la empresa de transporte, que al ver que el borracho le hablaba al conductor y le impedia conducir el enorme vehiculo, intervinieron primero tranquilamente.
El pastor evangelico que observaba todo, y que yo esperaba que como “pastor de almas” interviniera para tratar de arreglar la situacion, se acerco para calmar las aguas con un “hermano tranquilo” que no ocasiono efecto alguno en el alcoholizado sujeto. Al final y tras varios intentos de “amainar” las aguas, el conductor y sus amigos bajaron al borrachito para tranquilidad de todos los que estaban en el bus.
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Yo he vivido en Comas casi 25 años de mi vida y conozco el dia a dia del transporte y la realidad de algunas personas que viven ahí, realidad que para bien o para mal no comparto. Pero que quizas me permite entender ciertas conductas de las personas y no juzgarlas, ni aceptarlas, solo tratar de entenderlas. La mayoria de las personas que viven ahí, son personas que han emigrado de la selva o la sierra, gente que por A o B motivos tuvieron que dejar su tierra, en algunos casos por el terrorismo, en otros por buscar un mejor futuro, o como en el caso de mi mama por ganarse una casa en la epoca de Belaunde.
Muchos de ellos tienen sus costumbres y algunos, que definitivamente no son todos, tienen una actitud beligerante, una personalidad tipo “si tu me pegas yo te pegare mas fuerte” sin importar las consecuencias.
Todavia recuerdo una vez cuando, en mis epocas universitarias, tome un carro muy temprano en la mañana y el cobrador le increpaba a un señor porque no queria pagar el pasaje completo.
Por “pasaje completo” se entiende el pasaje que la empresa cobra al pasajero por ir del punto X al punto Y, por lo general las personas no quieren pagar el pasaje completo. En ese momento surgen los problemas con el cobrador, o con el chofer/cobrador según sea el caso.
Asi que, luego de humillar al “pobre” señor, el cobrador lo invito a bajarse del micro, por lo que se detuvo en una avenida. La mayoria de los paraderos en las avenidas que recorren la Av. Universitaria son areas de tierra donde a veces hay piedras y basura, o algun puesto de comida o dulces.
El señor se bajo y no se le ocurrio mejor forma de vengarse de la vejacion sufrida que coger una piedra y estrellarla contra la luna, que daba a los asientos de los pasajeros, la que se hizo trizas en el acto. Recuerdo todavia el leve dolor en mi rodilla al estrellarse la piedra contra ella, pero agradeci que la piedra haya encontrado mi rodilla y no mi cabeza o la de alguien mas.
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Asi que cuando el señor borrachito fue bajado del bus, recorde ese episodio que acabo de contar, pero espere que esta vez fuera diferente y que esta persona fuera iluminada por el Dios del pastor y que siguiera su camino, pero no.
Esta persona, que no solo parecia alcoholizada, tomo una enorme piedra y la estrello contra el parabrisas, felizmente este era un bus con todas las de la ley y se trizo toda la superficie pero no se rompio. Para rematar la situacion uno de los amigos del chofer bajo y se puso a pelear a puños con este señor, y como parecia que este ultimo tenia todas las de ganar (era mas grande) aparecio el otro amigo del chofer, un señor de edad media con una gorrita azul.
Entre los dos redujeron al sujeto mientras todos los pasajeros observabamos el deplorable espectaculo, yo espere que el pastor interviniera pero estaba mirando igual que todos nosotros. Cuando el señor de gorrita empezo a patearle en la cabeza al borrachito no pude mas y sali por la ventana del bus y le pedi que no sea cobarde y que lo dejara.
Una chica me increpo aduciendo que, si la piedra me hubiese caido a mi, no estaria diciendo lo mismo. A lo que le respondi que la violencia engendraba mas violencia y que asi no se solucionaban las cosas.
Cuando el señor de gorrita se canso de patear con vileza al hombre que estaba tendido en el piso subio con el otro tipo y nuestro bus partio entre comentarios matonescos e inoportunos del chofer y sus dos amigotes.
El pastor que aparentemente recupero el habla, no encontro mejor metafora para el (quizas) alcoholismo y violencia que acababamos de presenciar que echarle la culpa al diablo, aludiendo que como el queria impartir la “palabra”  el diablo mandaba al borrachito a armar todo el jaleo posible para intentar evitarlo.
Y asi siguio hablando y rezandole a su Dios cuando en una avenida escuchamos un PUM!
Era el borrachito que, en venganza por la paliza que le habian propinado los tipos que acompañaban al chofer se habia subido a una combi para perseguir a nuestro bus y pues cobrarse cada golpe recibido. La gente se asusto mucho, algunas mamas alejaron a sus hijos de las ventanas, yo cogi mi bolso y me prepare para esquivar alguna piedra, por si la hubiera.
El pastor perdio el habla nuevamente y el chofer y sus amigos arrancaron a toda velocidad para huir del hombre que parecia fuera de si, finalmente encontraron a un policia y le contaron lo sucedido se bajaron los involucrados, mientras los pasajeros esperaban expectantes no tener que bajarse en la zona mas brava de toda la ruta de Comas a Pueblo Libre, que es la Av. Peru por San Martin de Porres.
Poco a poco los comentarios sobre lo sucedido se fueron perdiendo y los tipos que nos pusieron en peligro a todos por ponerse a pelear se bajaron. El pastor termino su sermon y seguimos nuestro camino hasta que me baje en la Av. Garzon y camine a mi casa.
Siempre discrepo con la gente que avala la violencia como solucion a la violencia recibida, creo firmemente que es la solucion mas simple con consecuencias funestas a corto plazo.
Lamentablemente la mayoria de las personas piensa todo lo contrario.

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